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Haz tu propia mermelada casera de melocotón

Si eres de los que disfrutas de las frutas de verano, vamos a proponerte una idea estupenda: poder saborear las frutas de temporada todo el año, gracias a una mermelada casera. ¿Qué tal una mermelada de melocotón?

Una de las principales ventajas de hacer mermelada de melocotón casera en plena temporada de esta fruta es que podemos usar un bajo porcentaje de azúcar. Ten en cuenta que el azúcar también actúa como conservante y espesante, por lo que si reducimos su contenido siempre hay que cuidar al máximo la esterilización y conservación de los tarros

Ingredientes

  • 1.5 kg de melocotón ya pelado y cortado.
  • 500 gramos azúcar
  • 15ml de zumo de limón
  • Gelificante para mermeladas o pectina (opcional)

Preparación

Con estas cantidades saldrán unos 4-6 tarros (dependiendo del tamaño que tengan). Es conveniente comenzar lavándolos bien y esterilizándolos en el horno a 100º C, o hirviéndolos en agua, incluyendo las tapas.

El primer paso es lavar, pelar y trocear los melocotones, retirando el hueso, procurando no desperdiciar nada de su jugosa pulpa. Deben ser piezas sin daños y que estén en su punto óptimo de maduración, pero sin estar demasiado maduros, jugosos y muy aromáticos, que sean dulces por sí mismos. Debes pesarlos ya preparados hasta obtener, aproximadamente, un kilo y medio de fruta.

Colocar en una olla grande, preferiblemente de fondo grueso, y añadir el azúcar. Remover bien y dejar unos 10 minutos para que el azúcar se empiece a disolver con los jugos de la fruta. Luego llega el turno de añadir el zumo de limón, remover y poner al fuego. Colocar un plato pequeño en el congelador para comprobar después el punto de espesor.

Llevar a ebullición, bajar la temperatura y mantener una cocción suave. 

Remover constantemente con suavidad, retirando la espuma que pueda salir. Continuar cociendo unos 30-45 minutos; dependerá del punto de los melocotones y la potencia del fuego.

Cuando estén muy tiernos y casi deshechos, triturar si se desea con una batidora de brazo dejando trozos de fruta más enteros, según tu criterio.

Luego prueba el punto echando una cucharadita en el plato congelado; pasados unos segundos debería estar espesa. si es necesario cocer algo más, volver a poner al fuego y reducir unos minutos más.

La forma más rápida consiste en depositar la mermelada caliente en los frascos bien secos y previamente esterilizados, ayudados de un embudo de boca ancha, rellenándolo hasta casi el borde. Cerrar herméticamente las tapas, ayudaos de una pinza, y poner los frascos boca abajo hasta que se enfríen.




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