¿Cuántos de vosotros habéis hecho alguna vez una reforma en la cocina? ¿o un cambio de muebles? ¿o habéis sustituido un material por otro? Seguramente no muchos. Y es que a veces pensamos que va a salir muy caro, que va a ser un engorro… otras veces da pereza, y el momento se pospone, aunque la cocina necesite un cambio urgentemente.
Por eso en DECORactiva hemos preparado esta promoción:
para todas esas personas que sueñan con cambiar su cocina y por cualquiera de los motivos anteriores, todavía no se han decidido a hacerlo. Ganar 1.000 € en muebles de cocina, más si se trata de una marca con el diseño y calidad de Cocinas Keuken, es un motivo de peso para decidirse. Participa en http://ow.ly/pPn1i
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3. Rellena tus datos y sube la foto, explicando brevemente por qué quieres cambiar tu cocina.
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un descuento de 1.000€ en Cocinas Keuken.
Si estás pensando en cambiar tu cocina, ya ves lo fácil que es.
Hay cocinas que tienen algo especial. Unas veces es su espacio, amplio, grande, en el que te imaginas cocinando, preparando estupendas cenas para amigos. Otras veces es por su luz, cocinas con grandes ventanas, por las que entra la luz a raudales… otras es por los materiales, madera, piedra… otras simplemente porque te gusta su estilo, sus detalles, su calidez…
Hemos seleccionado estas cocinas porque comparten algo en común: todas tienen ese “algo”. ¿Estáis de acuerdo?
PATATAS CONFITADAS CON SEPIA. Esta es una receta fácil, vistosa y riquísima. Su preparación es muy sencilla. Una manera diferente de combinar dos ingredientes que nos encantan: las patatas y la sepia. Un all i oli de perejil ¡y a disfrutar!
Ingredientes para 4 personas:
2 patatas.
1 sepia mediana.
1 diente de ajo.
1 huevo.
Perejil.
Aceite de oliva.
Sal.
Limpia y trocea la sepia en cuadrados de tamaño similar al que tendrán las rodajas de patata. Corta los trozos de sepia como se ve en la imagen, marcando líneas paralelas formando una cuadrícula y sin llegar a cortar las piezas.
Pela las patatas, lávalas, sécalas y córtalas en rodajas de un centímetro de grosor (dos por comensal). Pon una sartén con abundante aceite de oliva a calentar procurando mantener la temperatura del aceite en unos 60º C, te resultará útil utilizar un termómetro, pero si no lo tienes debes vigilar que no haya ebullición y que el aceite no humee. Cuando estén hechas, retíralas del fuego.
Haz un all i oli con el huevo, el aceite de oliva, el diente de ajo, el perejil y un poco de sal. Reserva en el frigorífico.
Pon un poco de aceite en una sartén y haz la sepia a la planchacon una pizca de sal. Cuando esté ligeramente dorada retírala.
Coloca dos rodajas de patatas confitadas en cada plato y sobre ellas la sepia. Dispón una cucharadita de all i oli de perejil sobre cada trozo de sepia y decora con unas ramitas de perejil y un hilo de aceite.
El verano se ha acabado. No vamos a negar que nos da un poco de pena. Pero la nueva estación trae consigo muchas cosas buenas. Una de ellas son los colores; las tonalidades que se ven en la naturaleza son únicas y no podemos disfrutarlas en ningún otro momento del año. Naranjas, ocres, amarillos, rojizos… Las hojas que caen, castañas, ramas, calabazas. ¿Por qué no utilizarlos para vestir nuestra mesa?
Con muy poco podemos conseguir que cualquier mesa se convierta en un cálido y acogedor pedacito de otoño.
Un sencillo y vistoso centro de mesa: unas peras, unos frutos secos y unas cuantas hojas, más sencillo imposible.
Si eliges una vajilla en estos tonos otoñales, ya está casi todo hecho.
Sencillez: blanco y espigas.
Unas ramas con los colores del otoño.
Unas hojas bajo una vajillas transparente. Muy sencillo y muy vistoso.
La cocina es el espacio de la casa donde probablemente pasamos más tiempo. Por eso es importante sentirnos a gusto en ella. Más allá de su tamaño o su distribución, hay detalles que nos ayudan a conseguirlo. En esta ocasión nos referimos a las plantas. Un par de macetas, unas aromáticas, unos tallos en tarros de cristal… solo hay que limpiar las hojas de vez en cuando (ya sabemos que el humo y la grasa tienden a acumularse en ellas), pero el resultado merece la pena. Y si no mirad estas cocinas, todas con plantas.
Todos sabemos lo caro que resulta llenar el carro de la compra. Si a eso le añadimos las prisas o la falta de tiempo, el resultado suele ser un gasto innecesario y muy superior al que tendríamos si siguiésemos unas sencillas pautas. Eso sí, todos los días, no valen los buenos propósitos que luego se quedan en nada. Si convertimos estos consejos en una rutina, enseguida notaremos el ahorro. Seguro que vosotros tenéis vuestros truquillos, pero nosotros queremos proponeros estos, esperamos que os sean de utilidad:
1. Elabora menús semanales. De esta manera se consigue ahorrar bastante, ya que nos ceñimos a los ingredientes de cada plato y no se desperdicia comida. Merece la pena dedicar un rato a esta tarea, además de dinero ahorras en tiempo, al tener planificados todos los platos de la semana.
2. La famosa lista de la compra, es más importante de lo que parece. Una vez decididos los menús, anota los ingredientes en la lista. Repasa la despensa, el frigorífico, asegúrate de lo que tienes y lo que te falta y anótalo.
3. Establece un presupuesto semanal, es la única forma de evitar comprar por comprar, y centrarse en lo necesario.
4. Atentos a las ofertas y promociones: revisa siempre la fecha de caducidad. Muchas veces estos productos están a punto de caducar.
5. Para evitar tentaciones, intenta ir a la compra sin hambre. Todos sabemos lo que pasa cuando estamos hambrientos, comemos con los ojos y seguramente acabaremos cogiendo productos que en realidad no necesitamos. Otra cosa es darse un capricho de vez en cuando…
6. Marcas blancas. Muchas de ellas son de calidad y su precio suele ser muy competitivo.
7. En el caso de productos frescos, como carnes, pescado, verduras… pregunta al tendero si tienes oportunidad, él te puede aconsejar sobre calidad, ofertas, etc.
8. Revisa siempre el ticket de compra y analízalo en casa. Podrás comprobar cuáles son los artículos más caros y decidir si puedes reducir algún gasto.
Así se llama es esa pared de la cocina que se extiende sobre el fregadero y la placa para cocinar. Esta parte de la cocina sufre bastante: agua, manchas, salpicones de aceite, humo… Además, está muy a la vista: imposible disimularla. Lo que sí se puede hacer, y de forma bastante sencilla y económica, es renovarla, pero eso sí, es importante elegir los materiales adecuados. Queremos enseñaros esta cocina, en la que se han probado 4 tipos de revestimientos diferentes. Ya sabéis, para gustos, los colores:
En la primera de las opciones, se ha utilizado un tablero de contrachapado perforado con acabado en melamina blanca: queda muy decorativo, y además te servirá para colgar con ganchos los utensilios de cocina.
En este caso, se ha revestido el salpicadero conplacas de DM cortadas y pintadas de blanco. Al pegarlas en la pared, dan la sensaciónde ser ladrillos.
Esta opción es parecida, aunque la madera se ha empleado de forma distinta: se ha revestido la pared de listones de madera de diferentes texturas y tonos, colocados en vertical. En este caso es fundamental barnizar la madera con un barniz resistente a la humedad.
Esta última posibilidad es la que más opciones ofrece (estampados de todo tipo) y quizá también la más limpia. En este caso, se ha utilizado para revestir la pared un mantel de vinilo de estilo retro. Pégalo con cinta de doble cara; y para recortarlo, primero forra la zona con papel de estraza y recórtalo para hacer un patrón. Pasa la silueta al vinilo y córtalo con cúter o tijeras.
Soluciones fáciles, y muy económicas. ¿Con cuál te quedas?
Casi siempre que pensamos en una cocina con encanto, en la cocina de nuestros sueños, la imaginamos espaciosa, amplia, luminosa… Aunque la realidad es que la mayoría de nosotros tenemos que contentarnos con una cocina de dimensiones, digamos, modestas. Por eso nos encanta el reto de sacarle el máximo partido a ese espacio tan importante en una casa como es la cocina. Y se pueden conseguir grandes resultados con un poco de imaginación, sentido práctico y gusto. Y si no, mirad estas pequeñas cocinas con encanto:
Sin duda, su encanto reside en la luz natural, la elección del color, y esos pequeños detalles retro.
Un estilo muy diferente en esta pequeña cocina, en blanco y madera. La zona de cocción integrada en la barra, se alarga con un tablón de madera para aprovecharla también como zona de office.
El gran acierto de esta cocina es la elección de los colores cálidos y la luz natural. Nos gusta la disposición de los elementos, alineados en la pared. Y su preciosa salida al exterior…
Esta cocina integrada en el salón es práctica y funcional. Para espacios muy reducidos.
Quizá sea la cocina de una casita en la playa. La elección de colores nos gusta por su frescura y luminosidad. Indicada para espacios muy reducidos, y para un uso esporádico.
Una cocina vintage, quizá un poco recargada, pero sin duda con un encanto especial.
Un tablero bajo una ventana y tenemos un agradable rincón para desayunar.
Un cuarto de pollo asado que sobró de la comida del domingo, arroz blanco que calculaste mal, restos de un asado… ¡no tires nada! Todas estas sobras te pueden servir para confeccionar platos riquísimos y fáciles de preparar. Te damos 4 ideas para cinco tipos de sobras que suelen quedar en la cocina. ¡Toma nota!
POLLO ASADO CON PATATAS QUE SE TRANSFORMA EN UNA RICA TORTILLA.
Si algo sobra de un pollo asado, suelen ser las pechugas, ya que es la parte más seca. En lugar de tirarlas, prepara en un momento esta rica tortilla: Corta una cebolla en juliana y medio pimiento morrón en tiras, rehógalos en una sartén antiadherente con aceite de oliva. Cuando ya esté pochado, añádele las patatas (si también sobraron, si no, solo tienes que freír un par de patatas medianas) y el pollo desmenuzado. Sofríe un par de minutos y agrega entre 4 y 6 huevos batidos. Tapa y deja que se cocine a fuego fuerte al principio y medio después. Verás qué rica.
¿SOBRÓ PESCADO? HAZ UNOS DELICIOSOS BUÑUELOS EN UN MOMENTO.
¿Te sobraron 3 ó 4 filetes de pescado? Recalentados no están muy buenos, así que te proponemos esta otra opción: Desmígalos y mezcla con patata hervida (la proporción es 1 de pescado a 0,5 patata), añade un poco de harina, un huevo y una yema. Añade un poco de ajo y perejil. Mezcla bien hasta conseguir una masa homogénea y forma los buñuelos. Fríe en abundante aceite de oliva bien caliente, hasta que estén dorados. Sirve con ensalada. Una comida de 10!
¿ASADO DE CARNE? AHORA ES UN SABROSO ESTOFADO.
Siempre suele sobrar un poco de asado de ternera en las comidas del domingo, y acaba yendo a la basura. La solución es cortarlo en cubitos y ponerlo en una cacerola, con cebolla, pimiento y tomate cortados en daditos. Rehoga la verdura y cuando ya esté, añade un chorro de vino tinto y deja que reduzca. Salpimenta. Verás qué rico estofado en solo unos minutos. Acompaña con pasta corta hervida, como espirales, lazos…
¿DEMASIADO ARROZ BLANCO? ¡CONVIÉRTELO EN CROQUETAS!
Es muy típico: haces arroz blanco y siempre te pasas de cantidad. Pero añadiendo unos pocos ingredientes, puedes conseguir un resultado sorprendente: Un poco de jamón cocido que siempre solemos tener en la nevera, perejil, una cucharada de queso blanco, ajo picado y el arroz de ayer. Mételo en la nevera un par de horas y antes de freírlo forma unas bolitas, pasa por harina, huevo batido y pan rallado. Fríelas en aceite de oliva bien caliente y en un minuto están listas. ¡Buenísimas!
Las legumbres son fundamentales en nuestra dieta, también en verano. Simplemente, tenemos que cambiar sus acompañantes de invierno por otros más ligeros y adecuados a las altas temperaturas. Como en esta receta: fácil, rica y sana.
ENSALADA DE ALUBIAS CON VENTRESCA
Ingredientes:
1 bote de alubias blancas en conserva
100 g de ventresca de atún en aceite
1 Pimiento verde italiano
Alcaparras
Aceitunas negras
1 puñado de espinacas
1 cucharada de mostaza
Vinagre
Aceite de oliva virgen
Sal
Picamos la cebolleta, el pimiento verde y las aceitunas.
A continuación, lavamos y escurrimos bien las alubias en un colador y las mezclamos en un bol junto con las espinacas, el pimiento, las aceitunas, el atún y las alcaparras.
Para la vinagreta, emulsionamos la mostaza, el vinagre, el aceite, la sal y la pimienta.
Aderezamos la ensalada con esta vinagreta y emplatamos.
Por último, cortamos unos dados de pan y los ponemos a tostar en una sartén con aceite y un diente de ajo pelado y entero. Picamos un poco de perejil y lo incorporamos a la sartén con el pan. Escurrimos sobre papel absorbente para evitar el exceso de grasa.
Terminamos la ensalada con el pan y servimos. ¡Buen provecho!