¿Has pensado alguna vez cómo se conservaban los alimentos antes de la aparición de la nevera? Sin duda era un problema, que se solventaba con salmuera, adobos y con el trabajo de hombres que extraían, preparaban y transportaban enormes cantidades de nieve: los neveros. Viajemos en el tiempo, nos vamos al año 1800…
El duro trabajo de los neveros comenzaba en primavera, en la sierra. Primero debían cortar la nieve con palas, transportarla hasta los pozos o neveros, prensarla para convertirla en hielo, y cubrirla con capas de paja y tierra para evitar que se derritiera.
A la dureza física del trabajo, había que añadirle el frío y las malas condiciones de equipamiento de los trabajadores en cuanto a ropa y calzado.
Con la llegada del calor, la nieve, ya convertida en hielo, se preparaba en cestos de esparto de 50 kilos, protegida por capas finas de paja y helecho y comenzaba el transporte a lomos de mulas y de noche, para evitar el calor, hasta los núcleos urbanos más importantes, donde se comercializaba.
Los últimos neveros desaparecieron a mediados del siglo pasado, con la llegada las primeras máquinas productoras de hielo. Por suerte, ahora es tan sencillo como abrir la puerta de nuestro frigorífico…
En 1945, el doctor Percy Spencer trabajaba en Raytheon Company, en un proyecto de investigación para la creación de un radar con un generador de ondas electromagnéticas de alta frecuencia.
El ingeniero decidió tomarse un descanso y comer la chocolatina que llevaba en su bata, pero al meter la mano en el bolsillo, descubrió que el chocolate estaba completamente derretido.
Al no encontrar explicación aparente y sospechando lo que podía haber ocurrido, decidió constatar su descubrimiento: colocó granos de maíz en un recipiente cerca del generador y al momento las palomitas explotaban en el plato. Como buen científico, corroboró una vez más su descubrimiento, esta vez con un huevo. El huevo se cocino en poco tiempo.
La conclusión científica era lógica: el chocolate derretido, el estallido de las palomitas de maíz y el huevo cocinado eran consecuencia de la exposición a la energía de microondas de baja densidad. El doctor Spencer había inventado lo que iba a revolucionar la forma de cocinar y sentaba las bases de una industria multimillonaria: el horno de microondas.
El primer horno microondas se instaló en pruebas en un restaurante de Boston y en 1947 salió al mercado el primer horno comercial de microondas. Tenía una altura de1,68 m y pesaba 340 kg.
Seguro que a todos nos gustaría tener una cocina con isla, amplia, con una gran superficie de trabajo… pero la mayoría no la tenemos, y debemos aprovechar al máximo el espacio del que disponemos. Así haremos de la cocina una estancia cómoda y funcional.
A continuación te mostramos cómo distribuir tu cocina en función de su planta y superficie.
EN FORMA DE «L». Con unos 6 m² y planta alargada, la disposición en forma de L es la más adecuada: en el frente más corto se instaló la placa de cocción y en el más largo se colocaron el frigorífico y el fregadero con el lavavajillas. La pared que quedó libre se aprovechó para ubicar la zona de comedor: una barra y un par de taburetes. Esta distribución se puede instalar en cualquier cocina, excepto en las que tienen menos de 1,50 m de ancho.
CON FORMA DE «U». Para una cocina cuadrada, la distribución sobre 3 paredes, permite aprovechar el espacio al máximo. Limita los desplazamientos y permite tenerlo todo a mano. En este caso se sacó partido al espacio que queda bajo la ventana con un mueble de poco fondo. La “U” se remató con una mesa y 2 taburetes que forman un pequeño comedor.
EN 2 FRENTES. Para cocinas anchas y largas, la mejor opción es colocar los muebles en dos hileras enfrentadas. En la pared más larga se instaló la zona de trabajo, que incluye placa de cocción y muebles altos. El fregadero y el frigorífico se instalaron en la pared contraria.
EN 3 FRENTES. También para cocinas cuadradas, la distribución de los muebles en 3 zonas permite diferenciar la zona de cocción, el fregadero y un espacio destinado a despensa y almacenaje. Y si el espacio lo permite, se puede incluir una zona de comedor bajo la ventana.
CON PENÍNSULA. Si tu cocina tiene el espacio suficiente,puedes optar por esta opción, que permite creas 2 zonas diferenciadas: una de trabajo en “U” y otra de comedor. La encimera se prolonga formando la península, que sirve como superficie extra de trabajo y separa esta zona del office.
http://www.decoractiva.com Arrancamos una nueva etapa en Redes Sociales con más y nuevos contenidos sobre el mundo de las cocinas, diseños, últimas tendencias, recetas, curiosidades… y claro: promociones y ofertas de mobiliario de cocina, electrodomésticos… siempre en condiciones muy especiales.
El duro trabajo de los neveros comenzaba en primavera, en la sierra. Primero debían cortar la nieve con palas, transportarla hasta los pozos o neveros, prensarla para convertirla en hielo, y cubrirla con capas de paja y tierra para evitar que se derritiera.
Los últimos neveros desaparecieron a mediados del siglo pasado, con la llegada las primeras máquinas productoras de hielo. Por suerte, ahora es tan sencillo como abrir la puerta de nuestro frigorífico…
