Cocinar, comer, charlar, jugar, leer… la cocina es la estancia de la casa en la que más tiempo pasamos. Por eso es fundamental que esté bien iluminada. Te damos algunos consejos para conseguirlo:
La cocina debe contar con una iluminación general uniforme, que consuma poco, ya que generalmente permanece encendida muchas horas. Lo más normal es recurrir a los fluorescentes, plafones o focos empotrados en el techo.
Es muy importante combinar esta luz general con luces puntuales sobre las diferentes áreas de trabajo. Estas luces generalmente vienen de arriba, ya sea de lámparas colgantes o de luces empotradas bajo la alacena. Deben estar a una altura que permita una buena iluminación sin sombras ni resplandores. Cada área (preparación de alimentos, cocción, comedor…) debe tener su propia iluminación: la zona de cocción estará apoyada por la luz de la campana extractora. Bajo la alacena es el mejor sitio para colocar luces puntuales que iluminen con claridad el área de trabajo y no molesten a la vista.
Otro aspecto a tener en cuenta es la luz natural, lo ideal es no impedir el paso de la luz natural utilizando persianas o cortinas, a no ser que el sol directo resulte molesto.
Tened en cuenta también el tamaño de la cocina, como regla general, se considera que si la cocina supera los 10m2, se deben colocar 2 focos de intensidad media.
Hay muchos pequeños gestos que podemos hacer y que nos ayudarán a que nuestros electrodomésticos sean eficientes, sin que luego su uso suponga un peso enorme en la factura de la luz y del agua. Son muy sencillos:
LA VITROCERÁMICA
Utiliza recipientes con fondo difusor grueso y que tengan un diámetro superior al de la superficie de la placa, de esta manera, la cocción será más rápida y ahorrarás hasta un 20%).
Utiliza la tapa de los recipientes y apaga el fuego antes de acabar la cocción para aprovechar el calor residual.
LA LAVADORA
Utiliza el agua a la menor temperatura posible. El 80-85% de la energía que consume una lavadora, lo hace calentando el agua.
Existen en el mercado modelos con sensor de carga, capaces de ajustar el consumo de agua caliente y electricidad. Son más caras, pero merece la pena.
EL FRIGORÍFICO
Procura no tener la nevera muy vacía; de ese modo consume más porque los productos y alimentos retienen más frío. Deja enfriar los alimentos cocinados antes de introducirlos en el frigorífico, cubre los líquidos y envuelve los alimentos.
El polvo y la suciedad que se acumulan en la parte posterior del frigorífico aumentan el consumo eléctrico: límpialo cada cierto tiempo con un aspirador o cepillo. Si en el interior se forma escarcha procura que no supere el medio centímetro de grosor.
EL LAVAVAJILLAS
El mayor rendimiento lo conseguimos cuando está lleno. Si no puedes esperar a tener más vajilla por lavar, elige un programa corto.
Hay que mantener suficientemente llenos los depósitos del abrillantador y sal, y limpiar habitualmente el filtro para evitar obstrucciones.
Seguro que a todos nos gustaría tener una cocina con isla, amplia, con una gran superficie de trabajo… pero la mayoría no la tenemos, y debemos aprovechar al máximo el espacio del que disponemos. Así haremos de la cocina una estancia cómoda y funcional.
A continuación te mostramos cómo distribuir tu cocina en función de su planta y superficie.
EN FORMA DE «L». Con unos 6 m² y planta alargada, la disposición en forma de L es la más adecuada: en el frente más corto se instaló la placa de cocción y en el más largo se colocaron el frigorífico y el fregadero con el lavavajillas. La pared que quedó libre se aprovechó para ubicar la zona de comedor: una barra y un par de taburetes. Esta distribución se puede instalar en cualquier cocina, excepto en las que tienen menos de 1,50 m de ancho.
CON FORMA DE «U». Para una cocina cuadrada, la distribución sobre 3 paredes, permite aprovechar el espacio al máximo. Limita los desplazamientos y permite tenerlo todo a mano. En este caso se sacó partido al espacio que queda bajo la ventana con un mueble de poco fondo. La “U” se remató con una mesa y 2 taburetes que forman un pequeño comedor.
EN 2 FRENTES. Para cocinas anchas y largas, la mejor opción es colocar los muebles en dos hileras enfrentadas. En la pared más larga se instaló la zona de trabajo, que incluye placa de cocción y muebles altos. El fregadero y el frigorífico se instalaron en la pared contraria.
EN 3 FRENTES. También para cocinas cuadradas, la distribución de los muebles en 3 zonas permite diferenciar la zona de cocción, el fregadero y un espacio destinado a despensa y almacenaje. Y si el espacio lo permite, se puede incluir una zona de comedor bajo la ventana.
CON PENÍNSULA. Si tu cocina tiene el espacio suficiente,puedes optar por esta opción, que permite creas 2 zonas diferenciadas: una de trabajo en “U” y otra de comedor. La encimera se prolonga formando la península, que sirve como superficie extra de trabajo y separa esta zona del office.
Otro aspecto a tener en cuenta es la luz natural, lo ideal es no impedir el paso de la luz natural utilizando persianas o cortinas, a no ser que el sol directo resulte molesto.
Tened en cuenta también el tamaño de la cocina, como regla general, se considera que si la cocina supera los 10m2, se deben colocar 2 focos de intensidad media.
